sábado, 31 de marzo de 2012

Evangelio Domingo de Ramos

 1 de abril de 2012 (Marcos 14, 1¬15,47)
Ni el poder de Roma ni las autoridades del Templo pudieron soportar la novedad de Jesús. Su manera de entender y de vivir a Dios era peligrosa. No defendía el imperio de Tiberio, llamaba a todos a buscar el reino de Dios y su justicia. No le importaba romper la ley del sábado ni las tradiciones religiosas, solo le preocupaba aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas y desnutridas de Galilea.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Aprender a morir... para aprender a vivir


¡Cuanto nos cuesta desprendernos de lo que consideramos como propio!. A algunos padres les cuesta desprenderse de los hijos y se empeñan en conseguir que sean como ellos quisieran que fueran. A los políticos les cuesta desprenderse de los cargos y del poder, a los empresarios de las ganancias económicas, a los sacerdotes o responsables de comunidades eclesiales de sus fieles. A otros les cuesta desprenderse de determinadas personas a las que pretenden dominar, de su proyección profesional o del lugar que ocupan en la empresa.

viernes, 23 de marzo de 2012

Evangelio Quinto Domingo de Cuaresma

 25 de Marzo de 2012 (Juan 12, 20-33)
Unos peregrinos griegos que han venido a celebrar la Pascua de los judíos se acercan a Felipe con una petición: «Queremos ver a Jesús». No es curiosidad. Es un deseo profundo de conocer el misterio que se encierra en aquel hombre de Dios. También a ellos les puede hacer bien.

sábado, 17 de marzo de 2012

Evangelio Cuarta Semana de Cuaresma

 18 de marzo de 2012 Juan 3, 14-21
El evangelista Juan nos habla de un extraño encuentro de Jesús con un importante fariseo, llamado Nicodemo. Según el relato, es Nicodemo quien toma la iniciativa y va a donde Jesús «de noche». Intuye que Jesús es «un hombre venido de Dios», pero se mueve entre tinieblas. Jesús lo irá conduciendo hacia la luz.

viernes, 9 de marzo de 2012

Evangelio Tercer Domingo de Cuaresma (B)

 11 de marzo de 2012 (Juan 2,13-25)
Acompañado de sus discípulos, Jesús sube por primera vez a Jerusalén para celebrar las fiestas de Pascua. Al asomarse al recinto que rodea el Templo, se encuentra con un espectáculo inesperado. Vendedores de bueyes, ovejas y palomas ofreciendo a los peregrinos los animales que necesitan para sacrificarlos en honor a Dios. Cambistas instalados en sus mesas traficando con el cambio de monedas paganas por la única moneda oficial aceptada por los sacerdotes

jueves, 8 de marzo de 2012


  • El primero de esos cuarenta días recibió una llamada que le dijo que sería cuestión de meses. El día cuarenta la llamada revelaba que ya sólo sería cuestión de horas.
    Y así padre e hija se vieron en la tesitura de elegir de qué ayunar y con qué saciarse en esa cuaresma. El padre enfermo ayunó de casi todo: de soberbia, de responsabilidad, de trabajo, de hacer la compra, de conducir, de decidir, de autonomía… Se hizo obediente en la enfermedad. La hija, pretendiendo ser Marta y María, ayunó de tiempo para sí, de compromisos adquiridos, de voluntariados, de misas, de reuniones, de su lugar habitual de trabajo… Ayunó de excusas y de distancias, de largos tiempos sin verle, de indiferencia… Se hizo hija en la enfermedad.
    Todo aquello de lo que ayunaron dejó un vacío inmenso que sólo el amor podría llenar. La exigencia del amor (y no otra) se impuso entre estas dos vidas que tanto se habían buscado apasionadamente y que por fin se encontraban. Los cuidados de ella encontraron respuesta en los besos de él. Las miradas de él encontraron respuesta en los abrazos de ella.
    Ayunaron hasta la muerte y se saciaron de amor para la VIDA.
    Leticia Alonso

lunes, 5 de marzo de 2012

¿Eternizar la felicidad?

Hay momentos en la vida en que quisiéramos que el tiempo se detuviera indefinidamente. Momentos especiales de gozo, de felicidad, de bonanza. ¿Qué deseo tan humano, entonces, querer eternizar los momentos de felicidad y, como los apóstoles, decir: "que de bien estamos aquí!", Quedémonos así para siempre. Pero eso sería vivir en las nubes, en un mundo ficticio, huir de la realidad. La vida real tiene penas y glorias y en muchos casos, porque la vida es injusta, más penas que glorias. Con todo, probablemente si no pasáramos por momentos de oscuridad o de sufrimiento no sabríamos valorar suficientemente los momentos de dulzura y de gozo que también nos trae la vida. Y quizá ni siquiera nos esforzaríamos para conseguirlos. De hecho, uno acaba descubriendo, sin quererlo, que a menudo las experiencias de sufrimiento nos permiten sacar lo mejor de nosotros mismos. Nos permiten elevarnos por encima de las propias fuerzas y vivirnos trascendidos. Acabamos, entonces, invirtiendo la escala de valores, haciendo hincapié en cuestiones fundamentales que habíamos dejado de lado porque aspectos, que ahora nos resultan ridículos y banales, nos mantenían atrapados. Acabamos aprendiendo también, que tenerlo todo de cara o demasiado fácil no nos hace mejores personas, ni en el fondo más felices, sino generalmente más insatisfechos y más narcisistas.
Seguramente en muchos momentos los apóstoles deberían pensar que ojala Cristo hubiera permanecido majestuoso y glorioso para siempre, como en la montaña del Tabor. Ojala se hubiera ahorrado la crueldad de la cruz. A menudo también nosotros pensamos, ojala en el mundo no hubieran maldades, injusticias, sufrimientos, desgracias ....... pero no es así.

No son, entonces, las injusticias, las dificultades, los obstáculos, el mal, el sufrimiento ..... un llamamiento a nuestra transfiguración y también a la transfiguración del mundo?

Mar Galceran

viernes, 2 de marzo de 2012

Este es mi Hijo Amado

 
El segundo domingo de cuaresma, en los tres ciclos litúrgicos, se lee el relato de la transfiguración. Hoy leemos el de Marcos, que es el más breve, aunque hay muy pocas diferencias con los demás sinópticos. Lo difícil para nosotros es dar sentido a este relato. Marcos coloca este episodio entre el primer anuncio de la pasión y el segundo. Parece que hay una intención clara de contrarrestar ese lenguaje duro y difícil de la cruz.

Encuentro con la Palabra

Domingo II de Cuaresma – Ciclo B (Marcos 9, 2-10) – 4 de marzo de 2012
Hace algunos años, durante una novena de Navidad, estuve celebrando la eucaristía en CETI (Centro Terapéutico Infantil), una institución de Bogotá que acoge a niños y niñas con parálisis cerebral o con otras deficiencias más o menos profundas. Suelo ir a CETI y encontrarme con amigos y amigas muy queridos que, además de ser pobres, han tenido que vivir con unas limitaciones que los marginan aún más de su vida familiar y social: Diego, Gloria, Uriel, July y tantos otros.

Evangelio Segundo Domingo de Cuaresma (B)

4 de marzo de 2012  (Marcos 9, 2-10)
El relato de la "Transfiguración de Jesús" fue desde el comienzo muy popular entre sus seguidores. No es un episodio más. La escena, recreada con diversos recursos de carácter simbólico, es grandiosa. Los evangelistas presentan a Jesús con el rostro resplandeciente mientras conversa con Moisés y Elías. Los tres discípulos que lo han acompañado hasta la cumbre de la montaña quedan sobrecogidos. No saben qué pensar de todo aquello. El misterio que envuelve a Jesús es demasiado grande. Marcos dice que estaban asustados.

jueves, 1 de marzo de 2012

Oración para pedir la intercesión de la Hna Juanita Méndez OCJ

Adora y Confía

La Cuaresma es una peregrinación hacia la Pascua que sitúa su punto de partida en la alianza que Dios ha hecho con el mundo. Todo arranca del designio salvador de Dios que ha hecho una opción decidida por la salvación y la felicidad de los hombres y mujeres. Cada Cuaresma es una oportunidad más para volver al Dios vivo, manifestado en Jesucristo.