En el marco del desierto
Lucas tiene interés en precisar con detalle los nombres de los personajes que controlan en aquel momento las diferentes esferas del poder político y religioso.
Ellos son quienes lo planifican y dirigen todo. Sin embargo, el
acontecimiento decisivo de Jesucristo se prepara y acontece fuera de su
ámbito de influencia y poder, sin que ellos se enteren ni decidan nada.
Así aparece siempre lo esencial en el mundo y en nuestras vidas. Así
penetra en la historia humana la gracia y la salvación de Dios. Lo esencial no está en manos de los poderosos.
Lucas dice escuetamente que «la Palabra de Dios vino sobre Juan en el
desierto», no en la Roma imperial ni en el recinto sagrado del Templo de
Jerusalén.