viernes, 20 de enero de 2017

Evangelio del Tercer Domingo del Tiempo Ordinario

Algo nuevo y bueno

El primer escritor que recogió la actuación y el mensaje de Jesús lo resumió todo diciendo que Jesús proclamaba la «Buena Noticia de Dios». Más tarde, los demás evangelistas emplean el mismo término griego (euaggelion) y expresan la misma convicción: en el Dios anunciado por Jesús, las gentes encontraban algo «nuevo» y «bueno».
¿Hay todavía en ese Evangelio algo que pueda ser leído, en medio de nuestra sociedad indiferente y descreída, como algo nuevo y bueno para el hombre y la mujer de nuestros días? ¿Algo que se pueda encontrar en el Dios anunciado por Jesús y que no proporciona fácilmente la ciencia, la técnica o el progreso? ¿Cómo es posible vivir la fe en Dios en nuestros días?
En el Evangelio de Jesús, los creyentes nos encontramos con un Dios desde el que podemos sentir y vivir la vida como un regalo que tiene su origen en el misterio último de la realidad que es Amor. Para mí es bueno no sentirme solo y perdido en la existencia ni en manos del destino o el azar. Tengo a Alguien en quien puedo confiar y a quien puedo agradecer la vida.

viernes, 13 de enero de 2017

Evangelio del Segundo Domingo del Tiempo Ordianrio


Resultado de imagen de juan 1, 29-34 Las primeras comunidades cristianas se preocuparon de diferenciar bien el bautismo de Juan, que sumergía a las gentes en las aguas del Jordán, y el bautismo de Jesús, que comunicaba su Espíritu para limpiar, renovar y transformar el corazón de sus seguidores. Sin ese Espíritu de Jesús, la Iglesia se apaga y se extingue. Solo el Espíritu de Jesús puede poner más verdad en el cristianismo actual. Solo su Espíritu nos puede conducir a recuperar nuestra verdadera identidad, abandonando caminos que nos desvían una y otra vez del Evangelio. Solo ese Espíritu nos puede dar luz y fuerza para emprender la renovación que necesita hoy la Iglesia.