Atracción por Jesús
El
evangelista Juan repite una y otra vez expresiones e imágenes de gran
fuerza para recordar a todos que han de acercarse a Jesús para descubrir
en él una fuente de vida nueva. Un principio vital que no es comparable con nada que hayan podido conocer con anterioridad.
Jesús es «pan bajado del cielo». No ha de ser
confundido con cualquier fuente de vida. En Jesucristo podemos
alimentarnos de una fuerza, una luz, una esperanza, un aliento vital...
que vienen del misterio mismo de Dios, el Creador de la vida. Jesús es
«el pan de la vida».
Por eso, precisamente, no es posible encontrarse con él de cualquier
manera. Hemos de ir a lo más hondo de nosotros mismos, abrirnos a Dios y
«escuchar lo que nos dice el Padre». Nadie puede sentir verdadera atracción por Jesús, «si no lo atrae el Padre que lo ha enviado».
Lo más atractivo de Jesús es su capacidad de dar vida. El que cree en Jesucristo y sabe entrar en contacto con él, conoce una vida diferente, de calidad nueva,
una vida que, de alguna manera, pertenece ya al mundo de Dios. Juan se
atreve a decir que «el que coma de este pan, vivirá para siempre».
Si, en nuestras comunidades cristianas, no nos alimentamos del
contacto con Jesús, seguiremos ignorando lo más esencial y decisivo del
cristianismo. Por eso, nada hay pastoralmente más urgente que cuidar bien nuestra relación con Jesús el Cristo.
Si, en la Iglesia, no nos sentimos atraídos por ese Dios encarnado en un hombre tan humano, cercano y cordial,
nadie nos sacará del estado de mediocridad en que vivimos sumidos de
ordinario. Nadie nos estimulará para ir más lejos que lo establecido por
nuestras instituciones. Nadie nos alentará para ir más adelante que lo
que nos marcan nuestras tradiciones.
Si Jesús no nos alimenta con su Espíritu de creatividad, seguiremos atrapados en el pasado, viviendo
nuestra religión desde formas, concepciones y sensibilidades nacidas y
desarrolladas en otras épocas y para otros tiempos que no son los
nuestros. Pero, entonces, Jesús no podrá contar con nuestra
cooperación para engendrar y alimentar la fe en el corazón de los
hombres y mujeres de hoy.
José Antonio Pagola
19 Tiempo Ordinario - B
(Juan 6,41-51)
(Juan 6,41-51)
09 de agosto 2015
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